Parece ser que en el año 1625 se hizo una Cruz de alabastro en el barrio de San Lázaro y todos los vecinos de la zona lo celebraron cantando y balilando en torno a ella.
Después ya, se continuó con la tradición en los barrios más típicos, como el Albayzín y el Realejo, y los niños empezaron a construir pequeños altares con una Cruz y los decoraban con mantones de Manila, cerámica y objetos de cobre.
En la actualidad se conservan algunas de estas tradiciones, aunque se ha convertido en una gran fiesta popular que atrae a la ciudad a miles de personas.
Algunos de los socios de la Peña Trinitaria durante su visita al evento.
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